Sepulcro de corredor con cámara larga y pasillo estrecho, de finales del IV milenio a. C., hecho de pizarra y de granito y construido en terreno plano. A finales del siglo XIX ya se conocía con el nombre de cueva de los Alarbs. En 1879, Antoni Balmanya Ros, lo dio a conocer con el nombre de Cabana Arqueta, convirtiéndose en uno de los primeros dólmenes conocidos en Cataluña, excavado por primera vez en 1920. En 1970 Juan Ruiz Solanes lo excavó y lo consolidó y en 1982, Josep Castells y Roser Vilardell volvieron a realizar una intervención arqueológica. Finalmente, el GESEART, realizó una restauración en 1994. La cámara del dolmen es trapezoidal, con cinco soportes y una cubierta. El acceso a la cámara es un corredor mixto de losas y muros de piedra seca. El túmulo era circular, formado con un relleno de pedregal y tierra.