La Iglesia de Sant Miquel de Fontfreda, incluida con justicia en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña, resplandece como un testigo eterno del pasado, ubicada en el vecindario de Fontfreda, a unos cuatro kilómetros al sur del centro de Maçanet de Cabrenys.
Con una presencia que se remonta a sus orígenes, esta iglesia románica ha sido un faro de servicio religioso desde el año 1115, brindando paz y consuelo a las masías de Fontfreda y a los espíritus que recorrían sus pasillos.
El edificio, con su característica arquitectura románica, se despliega con una sola nave que abraza el ábside semicircular. Con la simplicidad como virtud, una pequeña espadaña de pared con dos aberturas corona la estructura, marcando modestamente el paso del tiempo. La puerta de acceso, también con un arco de medio punto, aún habla de la simplicidad y la hospitalidad que ha ofrecido a lo largo de los siglos.
No es solo un edificio; es un testimonio de los tiempos, una reliquia con una lápida sepulcral de mármol blanco, antes en la entrada, ahora guardada con reverencia en el interior de la iglesia parroquial de Sant Martí. Este relieve de una cruz, que ha asumido su lugar con gracia, es un recordatorio humilde de una época pasada.
La Iglesia de Sant Miquel de Fontfreda es más que un monumento; es una página viva de la historia, un refugio de esperanza que ha resistido a los vientos del tiempo, acogiendo y abrazando a aquellos que han buscado refugio entre sus paredes a lo largo de los años.
- Camí de Maçanet de Cabrenys a les Salines, Maçanet de Cabrenys, Catalunya Espanya42º23'31''N 2º44'48''E