Los estanques de Vilaüt, de agua dulce, formaban parte de la zona más profunda del antiguo lago de Castelló, que ocupaba una gran extensión de la llanura. Una vez desecada la zona, la parte más honda de la cubeta del estanque todavía hoy queda inundada de manera más o menos permanente, lo que permite un refugio de tranquilidad para muchas de las especies que podemos encontrar según las estaciones del año. El máximo esplendor del lago es, con toda seguridad, cuando florecen los lirios amarillos y los ranúnculos, coincidiendo con la llegada de los pájaros estivales. El estanque dispone de un observatorio muy singular: fue el primer acecho para la observación de aves construido en Cataluña (1983) que permite observar diversas especies de aves.